domingo, 17 de marzo de 2013

Los tres géneros clásicos de la literatura.

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Los tres géneros clásicos de la literatura.
Son tres modos de contar diferentes, como tres herramientas que sirven cada una para algo específico. Hay algo que cada una de ellas puedes hacer mejor que las otras. A partir de las necesidades expresivas del autor, este elegirá uno de los tres géneros como molde para lo que quiera decir. Por ejemplo: si se le ocurrió una historia donde lo más importante es la sucesión de hechos, lo ideal es que escriba un cuento o una novela (género narrativo); si en cambio su  historia quiere destacar la personalidad de los personajes, la fuerza de su interioridad, tal vez le convenga hacer una obra de teatro (género dramático) donde la voz y el diálogo son centrales. ¿Podría escribir esa historia en forma de poesía? Sí, nada lo impide. Hay poemas narrativos que cuentan historias pero sería como clavar un clavo con un destornillador (se lo puede hacer con mucha paciencia pero sabemos que nos estamos complicando la existencia innecesariamente). En realidad la poesía (género lírico) es una herramienta que nos permite resaltar la interioridad, los sentimientos, el yo íntimo. Se siente más cómoda en la descripción antes que en la narración, se orienta a la intensidad antes que a la extensión.

Género narrativo.
Se caracteriza por la presencia de una voz (narrador) que cuenta una serie de hechos a un destinatario ficcional (narratario). No hay que confundir al narrador con el autor. El narrador cuenta y el autor escribe. El narrador es una voz ficcional y el autor es una persona de carne y hueso. En realidad el narrador es un invento más del autor. Tampoco habría que confundir al narratario con el lector porque valen las mismas reglas de juego: el primero es ficcional y el segundo de carne y hueso. Es una distinción muy técnica.

El género dramático.
El teatro también cuenta historias pero diferencia del género narrativo no hay una voz que refiere los hechos sino que estos son representados por una serie de actores a partír de un guión previo. Aquí hay que hacer una distinción importante. Como texto en sí, como cosa escrita el género dramático es un signo incompleto. No basta leer una tragedia o una comedia, hay que verla representada en escena. Ocurre que mientras que la narrativa trabaja con un único código (la lengua escrita) el teatro trabaja con una multiplicidad de códigos (la oralidad, los gestos el vestuario, el maquillaje, las luces, la música, los efectos sonoros, etc.). En este sentido es el género espectacular por todo lo que despliega.

El género lírico.
El género lírico (las poesías y las canciones) se caracteriza por la presencia de una voz: el yo poético (también llamado sujeto poético, yo lírico ó sujeto lírico) que expresa su interioridad, su subjetividad, emociones, ideología, etc. A partir de lo que cuenta, evoca, describe o incluso narra. Está orientado hacia la función emotiva en tanto que sus impresiones son el centro de interés. Es también un acercamiento de la palabra a la música ya que comparte dos de sus elementos básicos: el sonido y el ritmo. En la narrativa el límite de la frase está dado por la idea que se quiere expresar. Por eso es que en un cuento cada oración tiene un largo diferente de la anterior. En la poesía clásica -rimada y sujeta a métrica (cuando todos los versos tienen el mismo largo)- es al revés: aquello que se quiere decir tiene que encajar dentro de los límites del verso y de la rima.